martes, 26 de abril de 2016


Toda persona busca un Tesoro. Quizás lo busque en la riqueza; en el poder; en el éxito o la fama. Lo destacable es que lo busca. Pero en esa búsqueda experimenta que, una vez alcanzado, la vida, su vida, vuelve a vaciarse y experimenta que tiene que volver a empezar y a ilusionarse para continuar el camino.

Es posible que, vivenciada esa experiencia en tu vida, te canses o decepciones, e incluso te resignes y tu vida se empobrezca y entre en una espiral de rutina cansina, vacía y hueca. ¿Te ocurre eso?

La novedad del Amor, al que nos invita Jesús, el Señor, nos despierta y nos saca fuera de esa rutina y da esperanza. Porque amar es el motor que te ayuda a vivir en constante alegría y plenitud. Y en la esperanza de vivir eternamente. Realmente ese es el gran Tesoro que buscamos.

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