Buscamos que nuestra entrada o presencia sea notada, sea
aclamada o festejada. No nos gusta pasar desapercibido y gustamos de ocupar los
primeros puestos y también llenarlos de gente de la que nos podamos resarcir o
aprovechar para algún favor.
El criterio de este mundo está conformado de esa forma. Sin embargo,
hemos recibido todo gratuitamente, pero no lo damos así. Hoy, Jesús, viendo
nuestra forma de comportarnos, nos previene y nos aconseja, y nos invita a no
buscar recompensa en nuestro obrar.
No sugiere que
invitemos o sirvamos a aquellos que les será imposible pagarnos. A aquellos que
no van tener posibilidad de devolvernos el favor. Porque entonces tendremos la
oportunidad de que, quedándonos sin recompensa, nos la dé Dios en el Cielo.
Seguro que su paga será infinita y de infinito valor. Valdrá la pena hacerlo
gratis y esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.