jueves, 19 de enero de 2017

El seguimiento a una persona es consecuencia de varios factores. Puede ocurrir que esa persona genere intereses que me son beneficiosos, y entonces le sigo. Pero también puede ocurrir que esa persona puede sacarme de un apuro, o curarme una dolencia, y lo busco y le sigo hasta conseguirlo.

Ocurre que conseguido lo que te propones, te olvidas o dejas el seguimiento. Sucedió con aquellos diez leprosos que sólo uno, el menos indicado, pues era extranjero, regreso agradecido a dar gracias. Por eso, a la hora del seguimiento a alguien hay que mirar varios factores que descubren el por qué de ese seguimiento.

En el caso que nos ocupa, muchos seguían a Jesús con la intención de ser curados. Pocos buscan la verdadera salvación, la integral, que también incluye la del cuerpo, pero, sobre todo, la del alma, la espiritual. Por eso, algunos se sorprenden cuando oyen a Jesús decir: tus pecados te son perdonados.

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