Leví el de Alfeo fue llamado por Jesús, y respondió a su
llamada. La respuesta no es simplemente seguirle y estar a su lado, sino
comprometerse con su estilo de vida. Porque podemos estar a su lado, pero vivir
sin notar su calor, su proximidad ni su compromiso por amor.
Vivir de forma rutinaria, perfectos en los cumplimientos y
preceptos, pero escasos de amor y compromiso. Porque el amor no son simplemente
gestos y buenos modales, sino compromisos que responden a la responsabilidad de
buscar tu bien y tu felicidad. Lo demás son simples adornos que parecen, pero
no lo son.
Jesús hablaba cuando
le preguntaban, y actuaba cuando le pedían. También, a veces se compadecía de
aquel que no se podía mover ni hablar, o no sabía a quién recurrir en ayuda.
Jesús estaba comprometido y sigue estándolo, contigo y conmigo. Su amor no es
pasajero, sino comprometido. Y un compromiso nunca termina.
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