viernes, 6 de enero de 2017

Tener metas es necesario, pues son ellas las que nos mueven y mantienen nuestras esperanzas. Sin embargo, a la hora de elegir una meta se hace necesario pensarlo bien. Porque metas que acaban desapareciendo y muriendo no son una buena elección.
                 
Nuestra meta, la meta a elegir debe aspirar a lo máximo, y lo máximo es no tener fin. Es decir, aspirar a la Vida Eterna. Y eso no nos lo sacamos de la manga, sino que duerme dentro de nosotros mismos. Es la aspiración que tiene todo hombre, ser feliz y eterno. Por qué no aspirar a ello si tenemos esa oferta encima de la mesa.

Importa mucho saber elegir. Para eso hay que buscar, ponerse en camino e indagar. Asi lo hicieron esos magos venido de Oriente. Vieron una señal y la siguieron. Y, perdidos, buscaron y preguntaron. Y siguieron su búsqueda hasta encontrar lo que buscaban.

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