Tener metas es necesario, pues son ellas las que nos mueven
y mantienen nuestras esperanzas. Sin embargo, a la hora de elegir una meta se
hace necesario pensarlo bien. Porque metas que acaban desapareciendo y muriendo
no son una buena elección.
Nuestra meta, la meta a elegir debe aspirar a lo máximo, y
lo máximo es no tener fin. Es decir, aspirar a la Vida Eterna. Y eso no nos lo
sacamos de la manga, sino que duerme dentro de nosotros mismos. Es la
aspiración que tiene todo hombre, ser feliz y eterno. Por qué no aspirar a ello
si tenemos esa oferta encima de la mesa.
Importa mucho saber
elegir. Para eso hay que buscar, ponerse en camino e indagar. Asi lo hicieron
esos magos venido de Oriente. Vieron una señal y la siguieron. Y, perdidos,
buscaron y preguntaron. Y siguieron su búsqueda hasta encontrar lo que
buscaban.
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