lunes, 13 de febrero de 2017

El hombre se fía cuando aquel que habla, habla en verdad y su vida lo manifiesta. Entonces toda duda queda despejada, porque lo que dice coincide con lo que hace. Es el caso de Jesús, pero, así y todo, exigen signos y pruebas. ¿Qué signos y pruebas?

Posiblemente, sucede que tenemos una idea e imagen concebida ya de antemano, y el mesías esperado tendrá que ajustarse a lo que muchos, sobre todo los que mandan, esperan. Así, no se trata de que no ven signos, sino no ven los signos que quieren y les gustaría ver.

No interesa cualquier mesías, ellos esperan uno ajustado a su pensamiento e intereses. Y, parece que Jesús de Nazaret no cumple ni se ajusta a esos cánones que ellos establecen. Por lo tanto, hay que discutirle y ponerle la cosa difícil. Y se les ocurre, para ponerlo en tela de juicio y confundir, exigirles signos. Y es que la fe no necesita signos, pues lo tienen delante.

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