En el proceso de la vida, el hombre pasa irremediablemente
por muchas fases y etapas. Unas bastantes duras, otras menos y algunas felices.
Unas en las que el hombre es consciente
de su realidad; otras en la que no se da cuenta y pasa desapercibida. La
cuestión es que tanto unas como otras te ayuden a encontrar el verdadero
sentido de tu camino.
Se hace difícil descubrir a Jesús. El encuentro no tanto
depende de nosotros, sino de nuestra insistencia y súplica para recibirlo. Él,
el Señor, nos ha dicho que insistamos y pidamos – Mt 7, 7 -. Pidamos entonces
lo verdaderamente importante, “nuestra conversión”, porque teniéndola,
tendremos todo. ¿No te parece?
En eso consiste ver y
no ver. El Señor se ha ido al Padre, está a su derecha y vendrá de nuevo.
Quizás lo hayamos perdido de vista, pero sigue estando. Vendrá de nuevo porque
nos lo ha prometido. Y será entonces cuando lo volveremos a ver. Quizás sea
ahora, mañana u otro día. El tiempo, nuestro tiempo, se acaba. No lo perdamos y
estemos atentos y expectantes con la mirada puesta en Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.