Todos queremos portarnos bien. Al menos presumimos de eso.
Incluso los de mala fama y tachados de dudosa reputación, incluso violenta,
tratan de aparentar ser buenas personas. Y se defienden de los ataques de
quienes le acusan de ser persona non grata y peligrosa.
En el fondo, el hombre guarda en lo más profundo de su
corazón un deseo inmenso de hacer el bien. Y es que está llamado a eso, a amar.
Porque amar es buscar el bien y la libertad, que se fundamentan y apoyan en la
verdad. Y así Jesús, el Señor, nos invita a guardar sus mandamientos.
Porque los
mandamientos de la Ley de Dios nos garantizan un estilo de vida buena. Un
estilo de vida que cumplen en la verdad, en la justicia, en la paz y en el
amor. Un estilo de vida que busca la fraternidad, la unidad y el amor entre
todos los hombres. Un estilo de vida que hace de este mundo un Reino de
justicia, de amor y de paz.
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