También a nosotros nos ocurre en muchos momentos de nuestra
vida situaciones desesperadas. En el camino estamos expuestos a accidentes,
dificultades y obstáculos. Y, cuando nos ocurre una situación desesperada nos
acordamos de Jesús, de Maria y de muchos santos.
Eso descubre nuestra fe. Pero, quizás, una fe mediocre, como
un seguro para situaciones extremas. Una fe desencarnada de nuestra vida.
Todavía no despertamos y tomamos conciencia que estamos salvados de todo
peligro. El camino es de salvación, porque Jesús ya ha pagado nuestro seguro.
Es verdad que nuestra
realidad, ahora, es todavía de pruebas y sufrimientos. Es el camino. Nuestro
desierto. Tenemos que demostrar que realmente estamos con y en el Señor. Que Él
es nuestro Dios y nos fiamos de su Palabra. Demostrarlo es amar. Amarle a Él
sobre toda las cosas, y al prójimo como Él nos ha enseñado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.