Se nos hace duro enfrentarnos a un camino duro y lleno de
renuncias. Un camino de servicio y entrega, incluso recibiendo desprecios y
hasta burlas. Desde nuestra humanidad y criterios no podemos entenderlo. Sin
embargo, Jesús no lo duda y nos apremia con voz firme y segura.
«Si alguno se viene
conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a
sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo
mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.»
A bote pronto esto es imposible, pero
proclamado y venido del Señor, es otra cosa. Porque, para Él nada es imposible.
No sólo lo proclama sino que lo vive y lo ha demostrado con sus obras. La
Resurrección es la prueba fundamental. Y el Amor que nos ha dado también.
Luego, en Él también podemos lograrlo nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.