Hay muchas oportunidades en la vida que las dejamos pasar.
Pensamos en mejorar y eso pasa por preocuparnos solamente de nuestros
problemas. A la hora de pedir pensamos en nosotros y, si sobra algo, en los
demás. Y tenemos un tesoro que quizás no vemos y lo desperdiciamos.
Las dificultades y enfermedades, que vienen solas directa o
indirectamente se convierten en rechazos y protestas contra el Señor. Según nos
vaya le aceptamos o le rechazamos. O, ni una cosa ni otra, sino simplemente nos
alejamos. La cuestión es, ¿por qué no utilizamos esos acontecimientos de
nuestra vida para santificarnos y purificarnos confiando en el Señor?
¿Acaso no nos acompaña?
¿Acaso se ha olvidado de nosotros? ¿Acaso no nos ofrece la salvación eterna? ¿Y
no nos señala, a través de Juan el camino? ¿No nos ha dicho que Él es el
Camino, la Verdad y la Vida? ¿No nos ha dado prueba de su verdadero amor? ¿No
ha Resucitado y nos ha prometido que nosotros también lo haremos en Él? ¿No
tiene Palabra de Vida Eterna?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.