martes, 5 de diciembre de 2017

No se trata de creer a ciega, que muchos argumentaran apoyándose en la razón, sino de fiarse de la Palabra del Señor. Una cosa es que no se entienda, y otra, muy diferente es fiarte y confiar en Aquel que ha demostrado quererte dando su Vida por ti.

Esa es la confianza que te pide Dios, confía en Mí. Para eso, su Hijo ha entregado su Vida y ha Resucitado. Puedes alegar que no lo has visto. Tampoco has visto a Jesús y sabes que ha existido. La historia habla de Él, y muchos testigos, entre ellos Pablo, dan testimonio de su Resurrección -1ºCo 15, 4-8-.

Y cuando te abres a la acción del Espíritu Santo, la luz empieza a invadir tu corazón y a hacerte entender muchas cosas que antes yacían en la oscuridad. Tu fe se fortalece hasta el punto que tu confianza en el Señor se va agigantando. Y caminas con esa esperanza de encontrarte con Él un día no muy lejano.

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