lunes, 1 de enero de 2018

El Evangelio de hoy nos habla del encuentro de los pastores con el Niño del que le habían hablado los ángeles. Y compartieron todo lo que habían escuchado al encontrarlo. Su Madre, María, guardaba todas estas cosas y las reflexionaba en su corazón. ¿También meditamos nosotros?

Al escuchar la Palabra de Dios y todo lo que va sucediendo en torno al nacimiento y posterior vida de Jesús, ¿me suscita inquietud y búsqueda respecto a lo que se dice de aquel Niño? Y, guardando esas cosas, como María, ¿trato de reflexionarlas y darle respuesta?

¿O por el contrario, las oigo y paso indiferente por ellas, sin inquietarme ni ocasionarme ninguna inquietud ni deseos de búsqueda y respuesta? ¿No me dice nada ese nacimiento del Niño Dios en Belén? ¿Presencio distraído su nacimiento sin importarme su Mensaje ni significar nada para mí? ¿Creo que en el mundo en que vivo encuentro las respuestas que busco?

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