lunes, 25 de junio de 2018

Resultado de imagen de (Mt 7,1-5
De forma natural y casi espontánea somos más benévolos con nosotros que con los demás. Lo observo en los niños. Les permiten ver algún programa infantil, pero cuando llega la hora de dejarlo les cuesta siempre una llantina y un gran esfuerzo hasta que se olvidan o se cansan.

También nosotros debemos esforzarnos en la lucha y, con nuestra voluntad dominar nuestros instintos y nuestras pasiones. Ser más prudentes y dominar nuestra lengua y juicios, y tener en cuenta siempre que en la medida de nuestro juicios, de la misma forma seremos nosotros juzgados. Así que si somos misericordiosos también tendrán misericordia con nosotros.

Sucede también que somos más propensos a ver los defectos de los demás y a agrandarlos, aunque sean pequeños e insignificantes, y a aminorar los nuestros aun siendo más grandes y graves. Es ley de vida y con la que tendremos que enfrentarnos para dominarnos y ser equitativos y misericordiosos. Porque ya hemos dicho, en la medida que juzgue así serás juzgado.

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