miércoles, 26 de septiembre de 2018

Posiblemente no hemos advertido el bien que hacemos y que podemos hacer. Quizás no nos hayamos dado cuenta lo bien que le ha caído a aquella persona tus humildes y pobres palabras. Se ha sentido liberada y hasta sanada. Detrás de esas frases y comentarios hay mucho de lo que tu palabra o tus propios actos han realizado.

Todo lo que hacemos lo hacemos por el Señor y en su Nombre. Por lo tanto, no desconfiemos de su Poder y de su Promesa. En aquel tiempo, convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar.

Quizás no lo advirtamos, pero lo ha prometido el Señor y si creemos en Él y estamos con Él su Palabra tiene cumplimiento. Tampoco nos desesperemos ni nos pongamos eufóricos ni nos creamos santos. Simplemente confiemos y pidámosle al Señor que se haga en nosotros su Palabra, lo demás correrá por su cuenta.

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