miércoles, 14 de noviembre de 2018

A lo largo del espacio de tiempo que la vida nos concede tendremos un encuentro con el Señor. El mismo que tuvieron aquellos diez leprosos, número simbólico que expresa la totalidad, el todo, y que a todos nos llega ese momento de encuentro con Jesús, el Señor. Pero, ¿cuántos volveremos?

Esa es la cuestión que nos planteamos, ¿realmente somos agradecidos? ¿Realmente buscamos salvar sólo nuestro cuerpo y no nuestra alma? ¿Qué pensamos al respecto? ¿Tiene Jesús, el Señor, poder para curar nuestro cuerpo y también nuestra alma?

Debemos estar vigilantes y en actitud de agradecimiento. No nos pase lo de aquellos nueves leprosos, que pensaron que tenían ya todo lo que necesitaban y además sin necesidad de agradecer nada, pues se sentían con derecho a ser curados. Y, con su actitud, rechazaron la salvación. Sólo el extranjero entendió lo que el Señor hizo por ellos, y alcanzó la salvación de cuerpo y alma.

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