viernes, 8 de febrero de 2019

Resultado de imagen de Mc 6,14-29
Jesus adquiere mucha fama en sus primeras apariciones en la vida pública. Su Palabra impresiona y su fama se extiende por toda la comarca. Lo notorio es que su Palabra tiene cumplimiento en sus obras. Lo que dice se hace. Sus obras hablan por sí solas.

Ante esta realidad muchos permanecen con los ojos cerrados. Ocurrió en tiempos de Jesús y sigue ocurriendo ahora. A pesar de ver, no ven; a pesar de oír, no oyen – Jer 5, 21 – y, porque su corazón está endurecido y cerrado, confunden al Señor con Juan.

Es, precisamente Herodes quien piensa que Juan ha resucitado, pues él mismo lo había encarcelado y por la petición de la hija de Herodías al danzar en la fiesta de cumpleaños de Herodes, lo manda a decapitar. Tienen muy cerca al Hijo de Dios, pero sus ojos y oídos permanecen cerrados.

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