lunes, 11 de febrero de 2019

Resultado de imagen de Mc 6,53-56
Pero, como ocurrió en su tiempo, también hoy hay muchos que creemos en su Palabra y nos acercamos también a tocarle en la Eucaristía donde está real y presente bajo las especies de pan y vino. Y sentimos ese hálito de vida que nos fortalece, nos sana y nos llena de gozo y paz.
        
Jesús verdaderamente es el Camino, es la Verdad y es la Vida. Todo su ser desprende vida y en Él esperamos renacer a la verdadera Vida. Esa Vida Eterna que Él nos promete si creemos en Él. Por eso, no desaprovechemos esa oportunidad de tocar al Señor y alimentarnos de su Palabra y de su Cuerpo y Sangre en cada Eucaristía. Se ha quedado para eso, para que nos acerquemos a Él y le toquemos con la confianza y la fe de ser curados.

Él nos lo ha prometido: El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre, me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá para mí - Jn 6, 51-58 -.

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