sábado, 30 de marzo de 2019

Resultado de imagen de Lc 18,9-14
No es la Ley la que debe juzgar nuestros actos sino el amor. Porque, se puede cumplir, pero no amar. Quien cumple hace lo que dicta la ley, y eso descubre solamente un buen cumplimiento, pero no significa que ama, pues el amor está por encima de la ley.

Y el amor justifica al que es débil y falla en los cumplimientos aunque quiera cumplirlo. Porque, la verdadera rectitud no está en la ley sino en la buena intención de cumplirla y hacerlo en verdad y justicia. Nuestras miserias están ahí y siempre estaremos necesitados de limpiarlas, pues no se hace con los cumplimientos.

Y la verdad nos descubre como cumplidores imperfectos que escondemos nuestros pecados y aparentamos ser cumplidores cuando la verdad no es así. Por eso, quienes se ensalzan terminarán humillados, y quienes se humillan terminaran ensalzados.

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