El mundo, Padre, igual que me
ha rechazado a Mí también rechazará a los que creen en Mí. El mundo les odia,
les persigue y trata de excluirlos y quitarlos del medio porque defienden tu
Palabra, la que Yo les he enseñado.
No nos aceptan porque no
somos del mundo y porque no defendemos sus criterios. No pertenecemos al mundo,
pero estamos en el mundo y no podemos irnos del mundo sin proclamar y anunciar
tu Palabra, Señor.
A pesar de no ser del mundo
tenemos que compartir en él nuestras penas, nuestras alegrías y nuestras
cruces, para que el mundo vea que sus únicas esperanzas están en confiar y
abrir el corazón a Dios. Fuera de Dios no hay salvación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.