sábado, 14 de noviembre de 2020

 

Indudablemente, si Dios es mi Padre, me escuchará y atenderá mis ruegos y súplicas. Porque, un padre siempre escucha y atiende a su hijo. ¡Cuánto más nuestro Padre Dios! Porque, si Dios me ha creado no será para abandonarme, sino para darme lo que verdaderamente necesito para ser feliz. 

Ahora, solo Dios sabe lo que realmente necesito y cuando lo necesito. Sus planes no son los míos ni tampoco los entiendo. Su paciencia es limitada y a mí solo me toca confiar y esperar, esforzándome, en hacer su Voluntad.

Por tanto, en esa esperanza no debo desfallecer ni desanimarme, sino perseverar y ser constante en pedir y en confiar en su presencia seguro de que me atenderá y me dará lo que verdaderamente me conviene, que será lo mejor para encontrar esa felicidad que busco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.