lunes, 16 de noviembre de 2020

 

Quiero y necesito ver con esa misma luz que veía al principio. Esa es mi petición Señor. Quiero que mi llama arda y brille con fuerza hasta dar la luz que alumbre, no solo mi camino, sino el camino de los que vayan a mi lado.

Por eso, Señor, te pido que, como a Bartimeo, me abras los ojos y me enciendas mi corazón para que te busque con el mismo ardor y entusiasmo de mis primeros años. Dame, Señor, esa fuerza iluminadora que guie mis pasos.

Y, a pesar de mis oscuridades y mis flaquezas, Señor, dame la fuerza de no callar mi boca y de perseverar en pedir, si es preciso, a gritos que abra mis ojos para verte. Gracias, Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.