miércoles, 9 de diciembre de 2020

 

Nosotros, por la herencia de nuestros padres, nacemos manchados, pero, por el bautismo quedamos limpios. Limpios para, como nuestra Madre María, caminar hacia la Casa del Padre. Ese es nuestro camino y nuestro destino.

Pero, somos libres y lo podemos estropear por el pecado si nos alejamos de la Voluntad del Padre. Por eso, como María, tendremos que estar unidos a Jesús y apoyarnos en Él.

Él es nuestro descanso y nuestro apoyo. En Él encontraremos la fortaleza para sostenernos en su Voluntad y perseverar como nuestra Madre, María, y guardar como ella todos nuestros problemas en nuestro corazón sabiendo que en el Señor encontraremos respuesta. Amén.

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