
El anuncio del Reino de Dios requiere la implicación de otros. Son muchos los que esperan, aún sin saberlo, y a los que hay que llevar la Buena Noticia. Jesús sabe que su tiempo en este mundo es corto y llama a discípulos a que continúen el anuncio.
Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron.
Posiblemente, ahora sea tu tiempo y el mío. Nos toca a nosotros responder y, pacientemente y contracorriente, anunciar, con nuestra vida y palabra, la Buena Noticia que no es otra que “el Reino de Dios está cerca” y, por la Misericordia de Dios, salvados para la Vida Eterna. Amén.
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