sábado, 9 de enero de 2021

Hay muchos momentos en nuestra vida en los que podemos experimentar la presencia de Dios. Una presencia que se esconde en lo más profundo de nuestro corazón, en nuestros deseos de amar y de hacer el bien. Una presencia que se descubre en el gozo del amor.

Y lo experimentos en la medida que te das y sirve al que te pide ayuda o descubres que está más necesitado. Sientes y experimentas esa felicidad que buscas cuando tratas de amar al estil del que te enseña Jesús.

También camina y pasa sobre las aguas de nuestra vida y, quizás como sus discípulos, no entendemos muchas cosas de las que hizo Jesús, ni tampoco creemos en lo que nos dice la Iglesia ahora en nuestra época. Todo lo justificamos con la casualidad o la suerte. Pero, aunque no le veamos está a nuestro lado.

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