martes, 18 de mayo de 2021

 

Toda gloria se esconde tras un dolor o sufrimiento. Jesús glorifica al Padre entregando su Vida en la Cruz. Y, al mismo tiempo, el Padre le glorifica por su Amor y entrega para el rescate de la dignidad de hijos, perdida por el pecado.                      

La gloria del Padre es haber enviado a su Hijo a este mundo para, entregando su Vida libremente en la cruz por Amor, recuperar para todos los hombres la dignidad de hijos de Dios y, al mismo tiempo, glorificar al Padre.

También nosotros podemos glorificar al Padre en el Hijo abriendo nuestro corazón al Espíritu Santo y dejándonos guiar por sus impulsos de amor para todos los hombres. Porque, esa es la Voluntad del Padre, que Él y el Hijo sean uno.

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