No aceptar la vida como un cúmulo de éxitos, pero, también fracasos, será un gran y grave error. La vida es un resumen de éxitos, fracasos y errores, y como tal hay que entenderla. Ser perfecto como mi Padre celestial es perfecto, lo que nos dice Jesús en el Evangelio de hoy, va dirigido al amor.
Porque, Dios, nuestro Padre, es Amor. Por tanto, parecernos a Él es tratar de acercarnos a amar como Él nos ama. Esa es la perfección a la que nos invita Jesús hoy. Amar pareciéndonos al Amor del Padre. Y eso significa llorar, sufrir y, también alegrarnos con los que lloran, sufren y se alegran.
Amar significa aceptar nuestras limitaciones, nuestros errores, nuestros éxitos y compartirlos tanto en los buenos momentos como en los malos sin perder la mirada y la cercanía de nuestro Padre Dios. Ser perfectos como lo es Él es, contando con su Gracia, parecernos a Él en nuestro estilo y manera de amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.