jueves, 24 de junio de 2021

 

No olvidemos que la misión a la que cada cual ha sido llamado, no la podemos cumplir sin contar con la Gracia de Dios. Fijándonos en Juan el bautista, vemos que él se preparó y, retirado al desierto, fue fortaleciéndose para cumplir con la misión encomendada.

Posiblemente nosotros tengamos que hacer lo mismo. No podemos responder a la llamada del Señor contando con solo nuestras fuerzas. Necesitamos la Gracia de Dios y también nuestra disponibilidad a alimentarnos y prepararnos poniéndonos en manos de su Espíritu.

El mismo Jesús lo hizo antes de empezar su obra retirándose al desierto, y luego en cada momento de su Vida en relación con su Padre del Cielo. ¿Cómo esperamos nosotros prepararnos, luchar y fortalecernos para caminar por este mar de tentaciones y seducciones que nos pone este mundo?

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