La pregunta que debemos hacernos está relacionada con nuestros dones y virtudes. Tenemos unas habilidades innatas que, más tarde, perfeccionamos adiestrándonos en ellas. Pero, ¿quién nos las ha dado? ¿Gratuitamente?
Es obvio que la mayoría recibimos la ayuda de nuestros padres o de circunstancias que la vida nos presenta. Pero, ¿creemos que nuestros frutos son frutos de amor por nosotros mismos, o que necesitamos la Gracia de nuestro Padre Dios para que sean frutos de verdadero amor?
Esa es la cuestión, sin la Gracia de Dios nuestra vida quedará baldía y sus frutos serán frutos para el mundo, pero no frutos para y por amor. Esa es la diferencia, si no recibimos la Savia de la Gracia de Dios, nuestros frutos quedarán fertilizados por los criterios del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.