miércoles, 1 de septiembre de 2021

 

 

Se nos hace imprescindible ser orantes. Es decir, estar en permanente contacto con el Señor a través de la oración. En ella encontraremos ese remanso de paz, de fortaleza y amor para relacionarnos con los demás estando siempre asistidos por el Espíritu Santo.

Jesús nos da ejemplo para que siempre ejercitemos esa actitud orante. Ese contacto con nuestro Padre Dios del que Jesús nos habla y con el que Él se relaciona para mostrarnos el camino. Y es que sin oración y relación con Dios quedamos a merced del demonio.

Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. Precisamente, buscaba ese espacio de silencio y tranquilidad para estar con su Padre. Ese Padre bueno que nos anuncia y al que nos invita a permanecer en relación con Él.

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