sábado, 27 de noviembre de 2021

 

Precisamente, Jesús, nos lo dice claramente. Él viene a liberarnos, pero, necesita una colaboración de nuestra parte, pues, gozamos de libertad y dependerá de nosotros que hagamos ese esfuerzo de guardarnos y abandonarnos en manos del Señor.

Necesitamos perseverar en esa actitud de resistencia y confianza en el Señor. Se nos advierte reiteradamente porque, el Señor, conoce nuestra debilidad y nuestra flaqueza. El mundo y sus seducciones nos pueden y, fácilmente, pueden vencernos y destruir nuestra débil fe.

Pidamos, pues, en la oración constante y perseverante, esa Gracia que nos fortalezca y nos persevere de ser víctima de nuestros propios vicios y placeres que embotarán nuestros corazones endureciéndolos y poniéndolos a merced del príncipe de este mundo.

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