El Reino de Dios está cerca, proclamaba Juan el Bautista, e invitaba a arrepentirse de los pecados, ordenando nuestra vida según la Palabra de Dios. Una Palabra que estaba ya presente entre nosotros y que Juan señala claramente.
Pero, previamente, se hace necesario prepararnos, limpiando todo aquello que, desde nuestro interior, contamina y desorganiza nuestro actuar y ser de cada día. Es momento de endereza, igualar y organizar rectamente nuestra vida.
Nunca es tarde y hoy, ahora y en este momento, las palabras de Juan, a través de la Palabra de Dios, resuenan para nosotros y nos invitan a prepararnos, a arrepentirnos, a enderezar nuestra vida y a esforzarnos en vivir ese compromiso que un día recibimos en nuestro bautismo y al que queremos responder.
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