miércoles, 26 de enero de 2022

 

La semilla está sembrada dentro de tu corazón – Jr 31,33 – y dependerá de ti el cuidarla y bien cultivarla. Tienes el regadío sobrenatural de los Sacramentos que alimentarán y abonarán esa semilla en tu corazón, pero, tuya es la libertad para hacerlo.

Dependes, pues, de la Gracia de Dios, pero, será tu elección desear y buscar – don de la libertad dado gratuitamente – abrirte a esa Gracia, regalada y sin condiciones, para que tu tierra, infectada, contaminada, mal abonada, se convierta en tierra buena y dé esos buenos frutos de amor y misericordia.

Es evidente que, acoger esa buena semilla en tu corazón presenta grandes dificultades nacidas – por el pecado – en lo más profundo de tu corazón. Aceptar y reconocer esa condición pecadora de mala tierra es el primer paso para emprender esa conversión de tierra mala en tierra buena, donde la semilla, por la Gracia de Dios, dará buenos frutos.

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