Nadie de Israel esperaba un Mesías como se presenta Jesús. Es evidente que el Plan de Dios no es entendido ni aceptado por el hombre. No cabe en nuestras cabezas un Mesías débil, a merced de los poderosos y fuertes de este mundo. ¿No sucede eso mismo ahora en nuestro tiempo?

Y, a pesar de esos pensamientos y torpeza, Jesús les instruye, y también lo hace con nosotros ahora. Él nos ha señalado el Camino, la Verdad y la Vida con su propia Vida y con sus Obras y Palabra. Y nos lo sigue diciendo hoy. ¿Le escuchamos?

Vemos en el Evangelio de hoy como Jesús reprende a Pedro cuando Pedro, llevándole aparte se puso a increparle: Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres