jueves, 24 de marzo de 2022


Sería contradictorio que el mismo demonio se eche a sí mismo. No se entendería esa acción. El fuerte y poderoso vence y somete al pobre y débil. Siempre el pequeño lleva la de perder. Por esa razón natural y lógica, nosotros, pequeños y débiles necesitamos estar unidos al Fuerte para vencer al demonio.

Esa es la razón, estar unidos al Señor – el más Poderoso – nos garantiza la victoria sobre el demonio. Necesitamos, pues, la presencia del Espíritu de Dios en nuestro camino y permanecer a Él unido en cada instante. El Maligno nos acecha y en la debilidad nos ataca.

Luego, mucho cuidado debemos tener con el demonio que nos amenaza con sus seducciones y tentaciones. Es poderoso y puede con nosotros. Cuidado con creernos que con nuestras fuerzas podemos vencerle. Caeremos en sus manos. Unidos al Señor estaremos seguros.

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