Dentro de ti está
sembrado lo necesario para que despiertes, abones y cultives esa semilla de
amor y misericordia que, al final, te hará feliz y llenará de paz. Tu error
será no cultivarla y rendirte al mundo creyendo que en él encontrarás esa
felicidad y paz que buscas.
Lo que siempre he
querido, aunque confieso y sé que he fallado y no lo he hecho, es hacer tu
Voluntad, Señor. Es ese mi mayor deseo, y es eso lo que te pido, Dios mío. Dame
la fortaleza, la sabiduría y la paz para vivir en tu Palabra y hacer tu
Voluntad.
Pero, esa semilla
necesitará ser regada con el agua de la fe, abonarla con la oración y rodearla
de la buena tierra del amor y la misericordia que te vendrá de la Gracia de tu
Padre Dios. Los Sacramentos de la Santa Madre Iglesia serán esa buena tierra que
necesitarás para que la raíz de tu fe se hunda hasta la profundidad de
germinar, morir a ti mismo, liberarte y dar frutos de amor y vida eterna.
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