Nuestra identidad
cristina, por decirlo de alguna forma, no se descubre en nuestro comportamiento
y bondad. Pues, también así lo pueden hacer otras personas. Su característica
principal se esconde en su misericordia con sus enemigos. Esa es la impronta de
su ser cristiano.
Señor, con mucha
frecuencia experimento desasosiego, intranquilidad e incluso roso la
desesperación. Dame paciencia y serenidad para aceptarme y aceptar todo lo que
suceda en mi vida y camino. Que siempre tenga presente que Tú vas conmigo y
nada tengo que temer.
Por tanto, no se
trata de ser buena persona simplemente. Porque, se puede ser sin tener una
relación de fe con el Señor. Se trata de ser misericordioso con los demás,
incluso con tus enemigos como lo es el Señor contigo. Recordemos que, si
tenemos la posibilidad de salvarnos es precisamente por la Infinita
Misericordia de nuestro Padre Dios.
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