Tú sabes que mi respuesta es la de que eres el Hijo de Dios hecho Hombre. Igual que Pedro, es el Espíritu Santo quién me da la fe y la luz de proclamarlo, porque nadie por sí sólo podría decirlo. Pero me cuesta seguirte y me siento indigno de Ti. Mis pecados me descubren cada día que mi vida no corresponde con mis palabras.
Dame la sabiduría, fortaleza y la paz para responderte como Tú esperas de mí.
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