Tenemos tres características que nos unen y nos identifica como hermanos creados por el mismo Padre. Todos los hombres deseamos y anhelamos ser felices. Pero también aspiramos a la vivir eternamente, al menos eso deseamos. Y experimentamos que este mundo no responde a esos deseos que sentimos muy dentro de nosotros.
También experimentamos que cuando amamos de forma desinteresada, sin condiciones y gratuitamente, nuestro corazón se llena de gozo y felicidad. Concluimos que tenemos un ADN espiritual, común a todos los hombres, que nos iguala y nos hace hijos del mismo Padre.
¿Por qué los que son concebidos dentro del seno de sus madres los excluimos y asesinamos? ¿No son también nuestros semejantes y, por lo tanto, hermanos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.