martes, 22 de abril de 2014

LA NOCHE, UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

Hay momentos en la vida que nuestros pasos se detienen e intentan volverse al punto de partida. El camino recorrido se barrunta como perdido, inconcluso, desesperanzado. Todo se nos viene abajo y pensamos más en la retirada que en levantarnos. Hemos levantado bandera blanca y nos rendimos porque las esperanzas se han derrumbado y ya, resignados, nos volvemos al principio.

Supongo que María, la Madre de Dios, tendrá experiencia de esos tragos terribles y desalentadores, pero su reacción no fue la esperada por nosotros, sino que se mantuvo firme, confiada, esperanzada y abandonada en las Manos del Padre al que se había confiado en la concepción por el Espíritu Santo de su Hijo Jesús. Al pie de la Cruz, hasta el último momento, María fue Madre confiada en el Señor.

¿Creemos nosotros que podemos perseverar y permanecer fieles a nuestro compromiso de Bautismo a pesar de las noches oscuras que se nos presenten en nuestra vida?

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