Si vuelves la mirada para atrás experimentas que
han existido dificultades que, ahora, no explicas como has podido superarlas.
Es posible que las atribuya a casualidades y coincidencias, pero Dios, a pesar
tuyo, también está en esas casualidades y coincidencias. Porque te ha creado y
no te abandona. No sería ese el estilo de un padre, y menos de Dios.
Sin embargo, en toda esa historia tuya hay
momentos que has actuado sin saber cómo ni por qué. Has resistido sin saber que
tenías esa fuerza para resistir. ¿De dónde ha salido? Posiblemente quieras atribuirlo
al subconsciente, al instinto de defensa u otras fuerzas, pero nada de eso,
Dios está ahí presente y su Espíritu te impulsa y te mueve.
Claro, necesita que tú colabores y te muevas. Sin
tu impulso, libertad, Dios nada puede hacer. Nos respeta nuestro libre
albedrío.
Todo entrego Papá Dios... Porque junto a Ti la carga es ligera, el yugo es liviano... Te Amo..
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