Siembras para recoger, y, sabemos, que todo aquel que siembra, tarde o temprano, recogerá. Sin embargo, sabemos también que recogerás según hayas sembrado. De modo que, quien siembra perales recogerá peras, y así sucesivamente... A nadie se le ocurrirá sembrar manzanas para recoger uvas.
Se cae de maduro que para recoger amor habrá que sembrar amor. Y la semilla del amor no es una semilla que sólo recoge frutos, también recoge espinas y abrojos que ahogan y exigen renuncias.
Quizás necesitamos pedir al Buen Sembrador esas semillas, que sólo Él posee y que nosotros buscamos cultivar.
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