Mientras no dejes tus propias ideas y vayas tomando en el camino las de Jesús, tu vida estará intoxicada por las ideologías propias del camino. Porque el mundo no piensa como Jesús y sus criterios estarán siempre manchados por el pecado.
Tú conversión y la mía consistirá en limpiarnos, por la Gracia del Espíritu Santo,de todas las inmundicias que este mundo y la cultura del tiempo que nos ha tocado vivir nos han intoxicado.
Para ello no estamos solos. Contamos con nuestra Madre la Iglesia que nos arropa y nos señala en el Espíritu de Dios, el camino de conversión y salvación.
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Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.