Nadie nos pide permiso para traernos al mundo. Nuestros
padres en el encuentro de sus vidas deciden hacerlo responsablemente o no. De
cualquier forma, nuestra vida se pone en marcha por el encuentro entres dos
personas.
Y una vez en ella, la vida nos presenta dos opciones: Un
camino de perdición, vida en eterno tormento sin la presencia de Dios, u otro
de salvación, vida eterna en plenitud junto a Dios.
Pero, la vida necesita otro encuentro. Un encuentro con
Jesús, el Hijo de Dios, que, por su amor, enviado por el Padre, te tiende la
Mano de salvación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.