Para muchos agnósticos e incrédulos o ateos, el mayor
misterio no será la existencia de Dios, sino su locura de amor incondicional
que unida a su paciencia nos ofrecen la esperanza de la salvación.
Es imposible explicar que Dios existe, pero más imposible es
negarlo, porque la evidencia de su existencia está escrita en cada misterio que
encontramos en el mundo que vivimos.
Y perplejo nos quedamos cuando hay testimonios, como el de
Juan en el Evangelio de hoy (Jn 19, 31-37), que dan crédito de lo que vieron.
Porque el problema es la evidencia de que existimos y la revelación de Jesús
que nos descubre lo que aspiramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.