domingo, 26 de julio de 2015




El bien común no es cosa de uno sino de todos. Porque cuando se benefician todos es porque todos aportan su grano de arena. De no ser así, el esfuerzo de unos pocos no da para tantos.

Malo es cuando muchos se quieren aprovechar del trabajo de pocos. Ocurre eso cuando se defrauda o se engaña a las arcas sociales. Todos perdemos, pero sobre todo los más pobres y necesitados.

Sin embargo, cuando todos aportamos el bienestar alcanza a todos. Es lo que sucedió con ese joven que ofreció sus cinco panes y dos peces.

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