jueves, 30 de julio de 2015




Ocurre que la rutina, las tentaciones del mundo, tu propia naturaleza inclinada a vivir cómodamente y la debilidad de tu voluntad hacen de tu vida una lucha constante.

Una lucha contra corriente que lucha por evitar el mal que sale de tu corazón y convertirlo en bien para los demás. En eso consiste el amor, en hacer que los que te rodean se sienta bien tratados, respetados y amados en verdad y justicia.

Y llegará el día que tendrás el premio de ser elegidos y pescado en la red, usando el símil marinero, no para morir, sino para gozar de la Vida Eterna en la presencia del Padre.

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