Cada vez que me presento ante el Señor para exponerle mis
fracasos, mis problemas, mis decepciones y todo lo que supone no dar la talla
respecto a todo lo que el Señor me ha dado, me cuesta un gran esfuerzo.
Un esfuerzo que atenta contra mi equilibrio, mi perseverancia
y seguimiento al Señor.
La vida se hace difícil, se empina mucho en ciertos momentos
y eso te supone el riego de escalar y de correr el peligro de resbalar y
terminar con tus huesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.