domingo, 9 de agosto de 2015




La muerte está presente en nuestra vida. Hoy ha muerto la madre de un amigo. Tenía ochenta y seis años, y su muerte era esperada, pero también otras dos personas, de forma repentina, de cincuenta y cinco años aproximadamente.

Sin embargo, nos sorprendemos, pero nada más. Incluso los duelos suelen ser encuentros de alegría, chismes y pasarlo bien. No hay ninguna reflexión sobre que nos espera detrás. Incluso empieza a ser frecuente incinerar los cuerpos. Y digo esto porque intuyo como una resignación a aceptar la muerte sin más.

Pero eso no es así. Hemos sido creados para la vida, para la Vida Eterna y gozosa. La vida no acaba con la muerte, sino todo lo contrario, empieza, la verdadera Vida, con la muerte. Es, la muerte, un momento glorioso, quizás el más glorioso, porque es el camino para entrar a la Vida Eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.