miércoles, 30 de septiembre de 2015




Para seguir a alguien incondicionalmente hay una sola prioridad: seguirle sin condiciones. Por eso, ante la decisión del compromiso de seguirle, tienes que saber a lo que tienes que renunciar. Y decidido esto renunciar a todo por él.

Pero no es fácil y llegado el momento se hace duro y difícil. De tal forma que necesitas ayuda exterior, y cuando se trata de vencerte a ti mismo, nadie te podrá ayudar excepto la Gracia de Dios.

Seguir a Jesús exige renuncias, pero renuncias irrenunciables desde nuestra naturaleza humana. Por eso necesitamos la asistencia y la Gracia del Espíritu Santo, porque sin Él no podemos seguir al Señor.

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